sábado, 27 de agosto de 2016

Uruguay: Cervezas que cuentan historias


Cervezas que cuentan historias

Por: Fecundo Macchi  - Agosto 26, 2016

Algo tan común como una etiqueta en una botella, en realidad, representa toda una filosofía

"No hay que juzgar un libro por su portada", dice un dicho popular que se enseña a los niños cuando valoran algo únicamente por su apariencia. Tampoco habría que juzgar una cerveza por su etiqueta, pero lo cierto es que las versiones artesanales y uruguayas de esa bebida tienen un diseño tan atractivo que es difícil pasar frente a sus botellas en una góndola de supermercado y obviarlas, o no quedarse observándolas con detalle cuando llegan a la mesa en un bar o restaurante.

Curiosamente no son solo algunas etiquetas las que poseen un fuerte trabajo de diseño gráfico, sino que es una tendencia que se observa en varias marcas de cervezas artesanales locales.

Rodrigo Ríos, uno de los socios fundadores de Cabesas Bier, explicó a El Observador que en su caso la idea de diseñar con personajes y dibujos las etiquetas de sus productos surgió porque en su equipo siempre fueron fanáticos de las caricaturas. "Mezclamos una tendencia de diseñar etiquetas que había en el mundo de la cerveza artesanal en Estados Unidos, con un gusto personal", dijo.

El nombre de la marca, Cabesas Bier, está inspirado en el apodo de uno de los socios –el Cabeza– y desde la empresa querían que las primeras etiquetas lo ilustraran a él para que se entendiera el concepto del nombre. En su línea de bebidas clásicas todas las botellas cuentan con el dibujo del Cabeza cocinando con el primer equipo de cocina de cerveza que adquirieron antes de profesionalizarse. Por su lado, cada una de las cervezas en la línea especial de Cabesas tiene "una personalidad diferente", y esa personalidad está representada con un personaje. Por ejemplo la Bárbara es una cerveza de trigo con un carácter muy similar a la alemana. Su etiqueta es una mujer vistiendo un dirndl y con un peinado a dos trenzas, la típica imagen de una mesera alemana en épocas pasadas.

La Sabotaje, otra de sus cervezas, tiene un joven rebelde intentando entrar a un predio enrejado al cual aparentemente está prohibido el ingreso. "La idea de la etiqueta de la Sabotaje se me ocurrió leyendo la historia de Mandela, asocié su lucha con que éramos una empresa chica queriendo sabotear ese supermonopolio de la industria cervecera en Uruguay. El joven está cortando el alambrado porque si entraba por la puerta del frente lo iban a sacar a patadas", relató Ríos.
Los dibujos fueron realizados por un tatuador de Tacuarembó. "Tengo un amigo que tiene todo el cuerpo tatuado y cuando le planteé que estaba necesitando alguien que pudiera llevar a la realidad las ideas que tenía para las etiquetas me dijo que fuera a consultarlo a él", explicó Ríos. De esa forma el tatuador, apodado Chamán, realizó los dibujos y una socia dentro de la empresa fue la encargada de digitalizar las caricaturas y adaptarlas al formato de etiqueta.

Birra Bizarra creó todo un universo de ficción en torno a su cerveza. Ambientado en un circo de rarezas y magia, los personajes que aparecen en las etiquetas de las diferentes cervezas son una encantadora de serpientes, un equilibrista levantador de pesas, un clavadista y un mago.

"Queríamos que la cerveza transmitiera algo más allá de la bebida en sí, que tuviera una historia para contar, y que tenga componentes con los que el consumidor pudiera jugar y divertirse", contó Mariano Mazolla, socio de Bizarra, a El Observador. Y explicó que la idea llegó porque la empresa buscaba "una estética rica en cuanto a la visual". El desarrollo de la idea del "Mundo Bizarro" estuvo a cargo del estudio de diseño Mundial.

Para Mazolla, la etiqueta de la cerveza es sinónimo de vínculo con el cliente. Por eso en la convención Montevideo Cómics 2015, Bizarra puso un estand en el que las personas podían acercarse y diseñar su propia etiqueta. "Es una relacionamiento con la marca y el producto a través de la imagen", dijo.

Pero no todas los cerveceros han optado por la caricatura. Cerveza O'Neill, por ejemplo, eligió etiquetas mucho más minimalistas y con diseños sutiles. Esta marca es oriunda de Punta del Este y Patrick O'Neill, su creador, quería que las etiquetas de todas sus cervezas representaran a su origen. "Quería hacer referencia a que es la cerveza de Punta del Este y le quería retribuir a la ciudad algo de lo que me dio a mí", contó a El Observador. Y agregó: "A cada cerveza le plasmamos un símbolo de Punta del Este –por ejemplo Los Dedos– pero solo para construir esa identidad. El diseño no refleja tanto el sabor de la bebida".

El diseño de las etiquetas de O'Neill pertenece al estudio Lalo. Cabesas, Bizarra y O'Neill son solo algunas de las marcas cuyas etiquetas cuentan con un diseño elaborado.

"El mercado de cerveza artesanal tiene un lenguaje muy particular que habla de hacer cosas divertidas y descontracturadas; las etiquetas representan mucho ese espíritu y acompañan esa filosofía transgresora, rebelde y juguetona", resumió Mazolla.
Fuente: El Observador

domingo, 29 de mayo de 2016

Una comida que vale un Perú

Una comida que vale un Perú

Ángel Ruocco
Por Ángel Ruocco    Uruguay - Mayo 24, 2016

Una desgustación en Montevideo fue el puntapié para recordar Perú y su maravillosa gastronomía


Hace algo menos de medio siglo quedé sorprendido y fascinado por la comida peruana, que en ese entonces no tenía la fama ni por asomo la merecida difusión mediática actual. Recién hace una veintena de años los críticos gastronómicos europeos comenzaron a elogiar la calidad fabulosa de una cocina que combina técnicas ancestrales y productos provenientes de antiguas culturas locales prehispánicas, tendencias modernas y aportes de países de todos los continentes.
Hacía tiempo que no tenía el placer de saborear algunos de las muchas y muy apreciadas exquisiteces de la cocina peruana, pero la oportunidad de reencontrarme con ellas me la dio una reciente invitación del Gerente General del Hotel Hilton Garden Inn, AgustínMaddocks, y del Dr. Pedro Larrosa para participar en una avantpremiere del Festival Gastronómico Peruano efectuado en el Restaurante Sudestada de ese hotel, bajo la dirección del chef ejecutivo del Hilton Lima, Aldo Vargas Morquencho.
Pudimos degustar allí platos peruanos clásicos como el Picante de mariscos con Tacu-tacu de pallares, Lomo Saltado en sus propios jugos al wok, Causa limeña con relleno de pollo y cangrejo, Ceviche clásico con corvina marinada con leche de tigre, para los cuales el chef peruano utilizó con maestría ingredientes locales en sustitución de los originales, que aquí son difíciles de encontrar o absolutamente inhallables.
Las tradicionales papas a la huancaína<br>
Las tradicionales papas a la huancaína
Durante la degustación fueron esclarecedoras las explicaciones del propio chef y también las del embajador del Perú, Augusto ArzubiagaScheuch, un gran conocedor de la notable cocina de su país, en una conversación amenísima sobre la gastronomía, en la que también participaron el gerente Maddocks, un argentino al que le gusta cocinar y que aprecia las diferencias del asado uruguayo con el de su país, y el colega Jaime Clara, al que el tema tampoco le es ajeno.
Quedó en evidencia en esa interesante charla que el actual auge de la comida peruana no es fruto de la casualidad o una invención del marketing.

Fusión de sabores y orígenes

Sucede que a la cocina autóctona peruana, de milenaria tradición, se sumó primero la que trajeron a América los españoles (a su vez producto de una pródiga fusión en la que el aporte árabe fue fundamental) y se agregaron después los sabores aportados por los esclavos africanos, los inmigrantes chinos (sobre todo cantoneses), los italianos y los japoneses. El resultado de esta fantástica y auténtica fusión es impresionante.
Como corresponsal de una agencia de noticias llegué en 1972 –primera de una serie de estadías y visitas- a la que entonces llamaban "Lima la horrible", aunque en realidad era y es una ciudad fascinante y capital de un país no menos atractivo tanto para los amantes del buen comer como para los interesados en la historia, la antropología y la arqueología de nuestro continente.
Confieso que en esa mi primera aproximación al Perú lo que más me interesaba era su apasionante pasado. Había leído sobre culturas como la Chavín de Huantar que hace 3.300 años logró un gran desarrollo agrícola, la Moche en el norte del Perú (donde se encontró la tumba del llamado Señor de Sipán, dignatario mochica, con un hermosísimo ajuar funerario en oro, plata y cobre) y las de Paracas y Nazca surgidas en el sur peruano hace unos 2.500 años y luego, entre otras, la de Tiahuanaco, en la vecindad del lago Titicaca, y la Chimú en el norte hasta llegar, ya más cerca en el tiempo, al fabuloso imperio de los incas.
Lima, una ciudad fascinante
Lima, una ciudad fascinante
Los logros de estas culturas en materia de productos textiles (sobre todo en Paracas), de cerámicas, de metalurgia y en edificios de piedra y adobe fueron maravillosos. Pero otro tanto lo fueron los éxitos de los antiguos peruanos en la domesticación de plantas (además de la de animales como los camélidos americanos) que luego, llevadas a Europa por los españoles, terminaron por modificar radicalmente la alimentación mundial
En los Andes peruanos y alrededores los campesinos, ayudados por una serie de microclimas y una asombrosa biodiversidad, domesticaron hace miles de años, en algunos casos simultáneamente con sus iguales mexicanos y centroamericanos, las andinísimas papas (hay más de 2.000 variedades), los camotes (uno de cuyos tipos alguien poco informado bautizó aquí como "boniatos zanahoria"), el maíz, los ajíes, los tomates, los zapallos, los porotos, la quinua (que ahora se puso de moda en estos pagos), la mandioca y muchos otros productos alimenticios que desde el siglo XV enriquecen la dieta humana.
Nombres como los de Machu Picchu, la maravillosa ciudad inca Patrimonio de la Humanidad, de Nasca y sus intrigantes líneas con enormes figuras de animales, de Paracas y sus increíbles telas que resisten a los siglos y de Cusco, "el ombligo del mundo" para los incas, son ya de por sí un llamador para ir al Perú. Y si a ello le agregamos la posibilidad de disfrutar de muchos de los casi 500 platos típicos nacionales (además de una infinidad de sopas y guisos en cada región y más de dos centenares de postres diferentes, así como de una riquísima y estimulante bebida espirituosa, el pisco), sin olvidarnos de la chicha, gustosa y suavemente alcohólica, hecha con maíz fermentado, se hace poco menos que ineludible una visita a ese multifacético país.
Machu Pichu<br>
Machu Piccho

Capital gastronómica de América

Actualmente Lima es considerada con justicia como la capital gastronómica de América y la cocina peruana como una de las mejores del mundo.
A mi criterio la cocina del Perú está en el podio junto a las de Italia y China y sin nada que envidiarle a las de España, Francia y México.
Así como Perú es varios países en uno, también la cocina peruana es varias cocinas en una. Hay una cocina de la costa, con excelentes pescados y mariscos de un mar ubérrimo; una de la sierra con multitud de variedades de papas, otros tubérculos como el olluco y muchas variedades de granos y vegetales; una de la selva amazónica con productos muy particulares y frutas exóticas y una chino-peruana (llamada chifa) que reúne lo mejor de las tradiciones cantonesa y criolla. Además, existen numerosos locales de comida italiana o italo-peruana de alta factura. En los últimos tiempos, por si fuera poco, está la cocina nikkei (peruano-japonesa)... Todas ellas de una calidad notable.
Si se quiere empezar un bien planificado recorrido gastronómico limeño, lo mejor es ir al Cordano, un viejo bar-restorán al costado del Palacio de Gobierno. Un buen Pisco sour (el pisco peruano, hermano de lagrappa italiana, de la grapa uruguaya y del orujo gallego, es de primera) o una algarrobina, dos cócteles tradicionales para entrar en calor, y luego alguno de los platos más típicos de la cocina de la capital del Perú.
Por ejemplo, una Causa a la limeña (en una de sus variantes es un rico puré de papas amarillas que envuelve un relleno de atún o de pollo y se acompaña con ají verde y choclo, a veces con camote, con limón peruano -en realidad lima- y mayonesa) o un clásico e ineludible Cebiche (o ceviche, elija Ud. la grafía) de pescado crudo, en general corvina del Pacífico (a veces enriquecido con el agregado de langostinos), marinado en limón y acompañado de cebolla colorada, sal y ají picantito y cuyo jugo blanquecino, al que se denomina leche de tigre, tiene fama de afrodisíaco.
.Y de postre una Mazamorra morada, hecha de maíz morado (típicamente peruano) y espolvoreada con canela. O un muy dulce Suspiro de limeña.
Por la calle, si uno se anima, hay que probar en un puesto callejero, o de lo contrario en un restorán típico, unos anticuchos (herencia culinaria de los esclavos africanos llevados por los españoles en la época colonial, a veces tras un largo viaje vía el puerto negrero que era entonces Montevideo), trozos de corazón de vacuno previamente marinados atravesados por un pincho y cocinados a las brasas. Se acompaña con papas, ajíes, choclos y una bebida refrescante tradicional, la chicha morada, preparada fundamentalmente con maíz morado hervido, hielo, azúcar y limón.
En alguno de los muchos y buenos restoranes criollos es necesario entrarle a un plato serrano, el Olluquito con charqui, con ollucos (pequeños tubérculos de sabor muy particular) y carne seca de llama, o unas Papas a la huancaína, con papas amarillas, ají, leche y pan.
Vale la pena también atrevérsele a un picantito Ají de gallina, a unRocoto relleno, típico de Arequipa, con un tipo de ají, precisamente elrocoto, relleno con carne picada, cebolla y otros ingredientes, a un pollo (previamente macerado) a la brasa o hasta a platos con carne de cuy (cuis, roedor doméstico de la familia del silvestre apereá), proteína animal que se consume en Perú desde hace milenios y que no obstante las prevenciones que puede tener un uruguayo es sabrosa. La probé, guisada y a las brasas, en la casa de un colega peruano y no me pareció nada mal.
Y ahora, me dicen, está la cocina novoandina, que moderniza y sublima (por si hiciera falta) los platos de la sierra.
Hace años comí platos de la exótica cocina de la selva, incluyendo carne de tortuga, extrañamente un guiso de porotos negros al estilo brasilero y de nuestra frontera, y ricas frutas tropicales, en un restoránllamado Maquisapa. Pero, en el caso de que haya cerrado, supongo que habrá otros similares.
Lo que no se puede perder es la cocina de los restoranes chifa, donde se unen las sabidurías culinarias chino-cantonesas y peruanas tradicionales. Algunos son de calidad excepcional, Un Arroz chaufa(arroz de grano largo, a menudo importado de Uruguay, verduras, pequeños trozos de carne y tortilla de huevo) un Lomo saltado, que se nacionalizó peruano, o un Chancho agridulce con piña, entre una legión de platos exquisitos, se pueden gustar en esas casas de comida, varias de ellas de altísimo nivel.
Lástima que en Montevideo, salvo quizás un local en la Ciudad Vieja frecuentado por los peruanos que trabajan en los barcos pesqueros con base en el puerto montevideano y un pequeño restorán que está (¿o estaba?) en Libertad casi Bulevar España, no abundan como debieran los locales de comida auténticamente peruana. Porque es imprescindible conocer y gustar la cocina (las cocinas) del Perú para quien se precie de saber comer.
Fuente: El Observador

miércoles, 25 de mayo de 2016

Mistura 2016: conoce las novedades que trae la feria este año


Mistura 2016: conoce las novedades que trae la feria este año

La feria Mistura 2016 se celebrará en la Costa Verde de Magdalena entre el 2 y 11 de setiembre, según dijo Apega en Facebook


Mistura 2016: conoce las novedades que trae la feria este año
También desde Facebook, Apega preguntó a sus seguidores qué novedades les gustaría encontrar en Mistura. (Foto: Apega)
La novena edición de Mistura llegará con muchas novedades. Según dijo desde su cuenta en Facebook la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), ya comenzaron los trabajos para realizar una nueva edición de la feria gastronómica. 
Entre las novedades que traerá la feria gastronómica, considerada la más grande de Latinoamérica, está la instalación de un pabellón internacional de cocinas milenarias y un nuevo salón del Cacao y el Chocolate. 
Desde el portal web de Apega, difundido en FacebookMistura 2016 también contará con una celebración de las menestras y un concurso gastronómico para seleccionar las mejores guisanderas de Huacho, Huaral, Barranca.
En Facebook, Apega consultó a sus seguidores que otras novedades les gustaría encontrar en la feria. Los comentarios ondularon en solicitudes a mayor diversidad de expositores, ambientes más amplios y una mejor organización para evitar colas. 
Apega informó que Mistura 2016 se realizará en la Costa Verde de Magdalena desde el 2 hasta el 11 de setiembre próximo, según se anunció en Facebook
Fuente: El Comercio

sábado, 9 de abril de 2016

Alguien tenía que decirlo: el 'sushi' no quita el hambre

NUTRICIÓN

Y no solo por lo poco que comemos debido a su elevado precio, sino, fundamentalmente, a causa de su índice glucémico. Otros alimentos que sacian poco


 Vídeo: El País-Quality
¿Se ha preguntado alguna vez por qué al poco tiempo de comer determinadas cosas siente hambre? ¿Por qué el trocito de pan que ha picado en el camino desde la panadería a casa le ha despertado las ganas de zampar más, en vez de sosegarle el estómago? ¿O por qué algunas patatas fritas le incitan a consumir toda una bolsa si con tres o cuatro ya ha matado el gusanillo? Como dice el doctor José Manuel García Almeida, Jefe del Departamento de Endocrinología del Hospital Quirón Málaga y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en cuestión de apetito todo es muy complejo: “Hay múltiples factores que regulan este proceso. Hay hormonas, como la grelina, por ejemplo, que se activan de muy distintas maneras y mandan señales al sistema nervioso central que tienen que ver con el hambre y el deseo de comer. También son importantes los estímulos sensoriales de las papilas gustativas o la propia visión de la comida a la hora de influir en los niveles del apetito. No se puede, por tanto, hablar de forma específica y aislada de alimentos que aceleren el hambre u otros que sacian, aunque sí es cierto que hay patrones generales de alimentación que se relacionan con más saciedad o menos”, asegura el experto.
Es decir, que más allá de un producto u otro, hay ciertos elementos o características de algunos nutrientes que activan las apetencias y que, sin que usted lo controle, harán que coma más de la cuenta. Los enumeramos.
Pan blanco. Las harinas refinadas, como las del pan blanco o la pasta normal, tienden a dejar la impresión de que, al poco de ingerirlas, tenemos otra vez ganas de comer. ¿La razón? “Este tipo de alimentos están poco tiempo en el estómago, se digieren y absorben de manera muy rápida y nos provocan un pico de glucosa elevado que incide en un alto nivel de secreción de insulina, responsable de que el hambre aparezca poco tiempo después de haber comido”, explica Anabel Aragón, responsable de Nutrición y Salud de Nestlé España. La solución es obvia, a priori. Basta con introducir en la dieta este tipo de hidratos en su vertiente integral, porque, como indica la experta, “los productos integrales, con cereal entero, están más tiempo en el estómago, se digieren lentamente y se absorben más gradualmente. Entonces, el paso de la glucosa a la sangre se ralentiza y la respuesta de secreción de insulina es más sostenida en el tiempo”. Conclusión: la sensación de saciedad perdura más. El doctor García Almeida, por su parte, especifica un dato que resulta muy útil: “El pan blanco y el integral pueden tener la misma cantidad de hidratos de carbono, pero la diferencia está en que a lo mejor uno tarda casi dos horas en absorberse, mientras que el pan blanco en media hora ya está en tu sangre”.
Azúcares refinados. Ocurre lo mismo que con las harinas: provocan picos de subida y bajada drástica de insulina en el organismo, que nos llevan, directamente, a experimentar el runrún del hambre. Un consejo de los nutricionistas: manténgase lo más alejado posible de la bollería industrial, las gominolas, el chocolate y los refrescos dulces. Sobre estos últimos habla García Almeida: “Son un sorbete con un alto contenido en glucosa o fructosa que dan una carga de hidratos de carbono muy rápida y eso pasa directamente a la sangre, produciendo un pico de secreción de insulina más elevado que el que puede producir unas legumbres o cualquier otra fuente de hidrato de carbono de absorción lenta”, comenta. Es decir, solo apaciguan la sensación del apetito instantáneo, pero al poco tiempo vuelve a aparecer el hambre, lo que lleva a consumir un extra de calorías que la institución norteamericana Harvard T.H. Chan School of Public Health vincula, de forma rotunda, con la obesidad que asola EE UU.
Snacks salados y alcohol. Ambos productos contribuyen a que su cuerpo padezca algunos síntomas asociados a la deshidratación, como son una especie de cansancio y cierta debilidad. Sin embargo, su cuerpo interpretará, equivocadamente, que lo que necesita es un chute de energía para reponerse de semejante estado físico, razón por la que usted acaba abriendo la nevera para picotear cualquier cosa. “A veces ocurre que la señal de hambre que nos envía el cerebro es en realidad una deshidratación leve. Cuando esto pasa, lo que hacemos es que comemos para calmar la sensación de hambre. Pero al comer, ponemos a trabajar nuestro cuerpo cuando lo que realmente necesita es agua. El problema es que al trabajar más, el organismo todavía necesita más agua, y lo que hacemos es agravar el proceso”, indica Anabel Aragón. ¿Algún truco para no caer en esto? Mantener un nivel óptimo de hidratación. Según el Instituto Agua y Salud, deberíamos ingerir alrededor de 2 litros de agua al día, aunque, ojo: entre el 20% y el 30% de esta cantidad ya está incluida en las frutas y verduras que incorporamos a la dieta.
Fruta licuada. Según las recomendaciones de los expertos, entre tomarse dos naranjas enteras y tomarse el zumo de las mismas, la primera opción siempre será más saciante. “Cuando consumimos la fruta entera, tardamos más en ingerirla, y los azúcares no provocan una subida de insulina rápida porque va todo más lento por ir acompañado de la propia fibra de la fruta. En el zumo, sin embargo, lo que muchas veces ocurre es que lo colamos, le quitamos la pulpa y el azúcar pasa más rápido a la sangre”, recuerda la experta de la Fundación Nestlé.
Grelina. No es ningún nutriente, sino una hormona que se segrega en el estómago y es la responsable de activar el apetito. “Reacciona a los estímulos de todos los orígenes. Por ejemplo, a la sola visión de los alimentos, o a la entrada de comida en el estómago”, comenta el doctor García Almeida. Pero también va en aumento a medida que pasan las horas que usted permanece en ayunas. Para que esta hormona no le juegue malas pasadas ni su nivel de voracidad se dispare, lo más recomendable es, como indica el doctor de Quirón Málaga, “comer cinco veces al día. Y seguir las recomendaciones internacionales en cuanto a ingerir verdura dos veces, al mediodía y por la noche, y tres piezas de fruta, mínimo, a lo largo de una jornada”. Y otro consejo muy útil del experto para no caer en la trampa de las calorías de más: conocer el índice glucémico (IG) de los alimentos que come. “Cuanto menor sea ese índice, habrá más cantidad de fibra e hidratos de carbono de absorción lenta”, explica el experto de la SEEDO. Es decir, le saciará más y comerá menos. Un modo de saberlo es consultar las fuentes deasociaciones diabéticas, donde señalan el sushi o las palomitas como comidas de IG elevado. Ahora todo cuadra…
Fuente: El País

jueves, 7 de enero de 2016

La naturaleza viva en su hogar - Oficina - Negocio


Menú con descuento por mostrar el arma en Texas

Un restaurante ofrece un descuento a los clientes que porten su arma de forma visible


El restaurante de Texas que hace descuentos a los que porten un arma a la vista / EL PAÍS
En el pequeño restaurante-tráiler “Brooks Place”, en Cypress, a las afueras de Houston, Texas, se vive al más puro espíritu texano. Carne asada y costillas de cerdo se venden por kilo, que los clientes degustan al aire libre sentados en largas mesas compartidas. Aquí las armas son bienvenidas e incluso son merecedoras de un descuento del 10%.
“Si vives tu vida como si no existiera Dios, más vale que estés haciendo lo correcto”. Esa es la consigna con la que su dueño, Trent Brooks, recibe al público. Él no tiene un arma a la vista en el restaurante, aunque posee una, pero quienes compran su comida son premiados por portar públicamente sus pistolas.
La promoción comenzó el 1 de enero, que es cuando entró en vigor la nueva ley estatal que permite llevar armas a la vista en lugares públicos. Ese día, la rebaja llegó a ser del 25%, para marcar una jornada tan especial.
“El descuento es una manera de mostrar el aprecio que sentimos por los clientes que llevan sus armas para protegerse a sí mismos, a sus familias y los negocios donde van”, dijo Brooks a EL PAÍS.
El impacto ha sido grande, aunque no siempre positivo. “Durante estos primeros días hemos tenido un buen número de clientes. La respuesta al descuento ha sido mixta, algunas personas nos felicitan, pero otras -que notoriamente no son de aquí- nos han dicho cosas controvertidas”, admitió. E incluso amenazas, que por ahora el dueño dice no tomarse demasiado en serio, según reveló en la página de Facebook de su restaurante.
En Brooks Place, las lágrimas que el presidente Barack Obamaderramó esta semana al anunciar medidas para restringir el acceso a armas no conmovieron a nadie. Al contrario, Brooks es un hombre de extremos y en lo que respecta a la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a portar armas, no admite términos medios. “El gobierno no tiene por qué interferir”, zanjó.
Pero en el resto del Estado, las opiniones son más matizadas. Una encuesta realizada en 2013 por la Universidad de Texas y la organización Texas Tribune reveló que el 44% de los participantes cree que las leyes de control de armas deberían ser más estrictas, un 36% las dejarían en su forma actual y un 16% las disminuirían.
En el caso específico de leyes para portar armas a la vista en lugares públicos, otra encuesta realizada por el mismo equipo en febrero del año pasado mostró que solo el 32% apoyaba esta tendencia.
A pesar de eso, a partir del 1 de enero Texas estrenó la nueva ley. Ahora, cualquiera con un permiso puede portar armas de manera visible. Eso se traduce en que las 826.000 personas con autorización pueden circular tranquilas con sus pistolas bien a la vista en la cintura.
Los negocios pueden negar el ingreso de personas armadas siempre que especifiquen la prohibición. Brooks Place es una excepción frente a la tendencia generalizada de empresas y restaurantes locales, que han colocado los carteles necesarios para no aceptar a personas con armas visibles.
Así lo han hecho cadenas grandes como Whole Foods, Fiesta, Costco y Target, junto a restaurantes y negocios pequeños como Amy's Ice Creams, Brooklyn Athletic Club, Dolce Vita, Gringo's/Jimmy Changa's y Lupe Tortillas, entre otros.
Supermercados como Kroger, Aldi o Walmart han optado por guardar silencio y no colocar carteles.
La prohibición no preocupa a los impulsores de la ley. “Algo similar ocurrió en 1995, cuando se aprobó la ley para portar armas ocultas. Los negocios reaccionaron de manera exagerada debido al miedo y la mala información. Poco después comenzaron a desaparecer los letreros. Creo que aquí pasará lo mismo”, explicó C.J. Grisham, presidente de Open Carry Texas, la organización más influyente en Texas que promueve el derecho a portar armas.
Entre las 10 ciudades más grandes en Estados Unidos, solo Filadelfia y Phoenix permitían portar armas de forma visible. Ahora Houston, San Antonio y Dallas se unen a la lista. En Dallas, el cambio ha sido el centro de una intensa campaña para educar al público, que se inició el 16 de diciembre. “Un trabajo en progreso” como la describieron sus creadores.
Fuente: El País